La economía de Corea del Sur experimentó una caída del 0,2 % en el primer trimestre de 2025 en comparación con el mismo período de 2024. Este descenso marca la primera contracción intertrimestral en los últimos nueve meses y se produce en medio de una crisis política interna y la incertidumbre derivada de las políticas comerciales del presidente estadounidense, Donald Trump.
Según los últimos datos del Banco de Corea (BoK), el país había registrado un crecimiento del 1,3 % en el primer trimestre de 2024, seguido de una leve caída del 0,2 % en el segundo trimestre de ese año y un crecimiento marginal de solo 0,1 % en los dos trimestres posteriores.
En términos anuales, el Producto Interno Bruto (PIB) mostró una reducción del 0,1 % entre enero y marzo de 2025, frente al aumento interanual del 1,2 % reportado en el mismo período de 2024. Esta desaceleración fue atribuida principalmente a una disminución en las exportaciones y la falta de impulso en la demanda interna. Las exportaciones cayeron un 1,1 % en el primer trimestre de 2025 en comparación con el trimestre anterior, con caídas notables en los envíos de productos químicos, maquinaria y equipos, especialmente hacia Estados Unidos, donde las exportaciones se redujeron más de un 14 %.
Además, la inversión también se vio afectada, con una caída de 2,1 % en la inversión en instalaciones y una baja más pronunciada del 3,2 % en la inversión en construcción. El gasto privado se redujo en un 0,1 %, mientras que el gasto público también registró una caída leve.
El contexto político de Corea del Sur también jugó un papel en la disminución de los indicadores económicos. En diciembre de 2024, el presidente Yoon Suk-yeol fue destituido tras intentar imponer la ley marcial, lo que desató una crisis política significativa. En abril de 2025, la ratificación de su destitución por parte del Tribunal Constitucional incrementó la incertidumbre política y afectó la confianza en la economía nacional.
Por otra parte, las relaciones comerciales con Estados Unidos también influyeron negativamente en la situación económica. La imposición de tarifas arancelarias del 25 % sobre una variedad de productos surcoreanos aumentó los costos de producción para las empresas del país, reduciendo la competitividad de sus productos en el mercado global.
En el ámbito internacional, las proyecciones de crecimiento para Corea del Sur también fueron ajustadas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó su estimación de crecimiento del país de 2 % a 1 % para 2025. La economía surcoreana enfrenta varios retos estructurales, como una alta inflación y un tipo de cambio débil frente al dólar, lo que frena la recuperación económica.
El gobernador del Banco de Corea, Rhee Chang-yong, destacó que es poco probable que el crecimiento anual del país alcance la proyección inicial de 1,5 %, debido a la prolongada incertidumbre política y el endurecimiento de las políticas comerciales de Estados Unidos.