El euro sólido prende las señales de alerta

Durante 2025, el dólar estadounidense ha experimentado una caída significativa, perdiendo alrededor del 13 % frente al euro y más del 8 % contra el yen desde enero. Esta tendencia se relaciona con varios factores económicos y políticos, especialmente tras la llegada de la administración Trump, que implementó aranceles agresivos generando incertidumbre en los mercados globales.

El aumento del déficit fiscal y de la deuda pública de EE.UU., junto con la reciente rebaja de la calificación crediticia por parte de Moody’s, han llevado a muchos inversores a buscar refugio en otras monedas como el euro, el yen y el franco suizo, además de en el oro, que alcanzó un máximo histórico en abril.

La fortaleza del euro plantea desafíos para los exportadores europeos, quienes podrían enfrentar mayores costos y perder competitividad en Estados Unidos, sobre todo si se aplican aranceles elevados que Washington amenaza con imponer. Esto afecta sectores clave como automóviles, maquinaria y aviación.

Paralelamente, la reforma fiscal impulsada por Trump y la falta de acuerdo para aumentar el techo de deuda han generado preocupaciones sobre la estabilidad económica estadounidense, lo que ha debilitado aún más al dólar.

Mientras tanto, países como China y otras naciones del grupo BRICS intentan reducir su dependencia del dólar para el comercio internacional, lo que añade presión sobre la moneda estadounidense. Sin embargo, a pesar de estos cambios, el dólar continúa siendo la principal moneda de reserva mundial, aunque expertos prevén una mayor fragmentación con monedas regionales ganando terreno.

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