El maní argentino es reconocido mundialmente por su alta calidad y se posiciona como uno de los líderes en el comercio global. Para mantener y mejorar esta posición, la calidad es un aspecto clave y la combinación de protección de cultivos con biosoluciones se convierte en un aliado estratégico.
La producción de maní se extiende por más de 498.700 hectáreas en Argentina, concentrándose principalmente en la provincia de Córdoba.
En las últimas campañas, este cultivo se ha expandido a otras provincias como San Luis, La Pampa, Buenos Aires, Santa Fe y Jujuy. Más del 90% de la producción se exporta a los Países Bajos y el Reino Unido entre otros destinos.
Sin embargo, la búsqueda de nuevos mercados internacionales se enfoca en mejorar aún más la calidad del producto.
Actualmente, los tratamientos de semillas son la tecnología más utilizada en la producción de maní. Aunque los beneficios de los foliares no son visibles a simple vista, se ha comprobado que su uso puede aumentar el rendimiento en unos 500 kilos por hectárea y mejorar en un 10% los valores de calidad confitera, uno de los principales objetivos en la producción de maní para su inserción en el mercado global. Se espera que los productores experimenten con estas soluciones para seguir mejorando la calidad del maní argentino.