El pollo grillado es una de esas preparaciones infalibles que combinan practicidad y sabor. Ideal para una comida liviana pero completa, esta técnica realza el sabor natural de la carne con un dorado perfecto y un interior jugoso. Se puede acompañar con ensaladas, vegetales asados, arroz o papas, y también funciona como base para wraps, sándwiches o platos más elaborados. Una receta que no falla y se adapta a todos los gustos.
Ingredientes:
2 pechugas de pollo (también podés usar muslos deshuesados).
1 cucharada de aceite de oliva.
Jugo de ½ limón.
1 diente de ajo picado o rallado.
Sal y pimienta a gusto.
Opcionales: orégano, pimentón, romero, tomillo o condimentos a elección.
Preparación:
Preparar el pollo: Si usás pechugas gruesas, podés filetearlas a la mitad para que se cocinen de forma pareja. También podés aplastarlas ligeramente con un mazo o la palma de la mano.
Marinar (opcional pero recomendado): En un bol, mezclar el aceite, el jugo de limón, el ajo, la sal, la pimienta y los condimentos elegidos. Colocar el pollo en la mezcla y dejar marinar al menos 20 minutos (mejor si es 1 hora).
Cocinar a la plancha o parrilla: Calentar una plancha, sartén grill o parrilla a fuego medio-alto. Cocinar el pollo de 4 a 6 minutos por lado (según el grosor), hasta que esté bien dorado por fuera y cocido por dentro.
Reposar y servir: Dejar reposar unos minutos antes de cortar, para que conserve los jugos. Servir con la guarnición que prefieras.
Versátil, saludable y lleno de sabor, el pollo grillado se convierte en un aliado ideal para las comidas de todos los días. Su preparación rápida y sencilla lo hace perfecto para quienes buscan una opción nutritiva sin complicaciones, ya sea para un almuerzo liviano, una cena en familia o una comida pre-entrenamiento. Acompañado de una buena guarnición, ensalada o incluso dentro de un sándwich, este clásico nunca defrauda y siempre invita a volver a la plancha una vez más.