La disputa comercial iniciada por Trump ha generado preocupación entre los consumidores y ha impactado negativamente el crecimiento económico, especialmente porque las empresas estadounidenses se han visto obligadas a acumular importaciones. Además, la reforma fiscal impulsada por su administración, que sigue avanzando en el Congreso y se prevé que aumente considerablemente el déficit del país, ha provocado un movimiento agitado en los mercados de bonos.
Sin embargo, lo realmente relevante para el bienestar general de la economía es si la demanda de bienes, servicios y viviendas continúa creciendo o si se desploma debido a la incertidumbre persistente, el encarecimiento del crédito y los precios más elevados.
Los nuevos datos que se publicarán esta semana deberían ofrecer una visión más clara de las repercusiones de las políticas de Trump para Wall Street y la Reserva Federal. Entre ellos, se incluyen dos estudios recientes sobre el comportamiento del consumidor, una actualización sobre el crecimiento económico del primer trimestre y cifras actualizadas del gasto de los hogares. Los analistas también recibirán indicios de lo que estos resultados podrían significar para la política de la Fed, ya que varios de sus funcionarios tienen programadas intervenciones públicas a lo largo de la semana.
La semana pasada, Trump reactivó las tensiones comerciales con una amenaza de imponer un arancel del 50 % a la Unión Europea y un impuesto del 25 % a fabricantes de teléfonos inteligentes como Apple y Samsung. (El domingo, pospuso temporalmente los aranceles a la UE). Además, la Cámara de Representantes aprobó el proyecto de reforma fiscal de Trump, el cual ahora se dirige al Senado, donde se anticipan modificaciones. Los datos de esta semana brindarán información sobre cómo los estadounidenses se han estado sintiendo —lo que se conoce como datos de confianza— y sobre cómo ha sido su comportamiento de consumo y las actividades empresariales, es decir, los datos de actividad económica.
El Departamento de Comercio publicará una nueva estimación del Producto Interno Bruto (PIB), que es la medida más completa de la actividad económica, correspondiente al primer trimestre. La estimación inicial había mostrado una contracción del 0,3 % anualizado en los primeros tres meses del año, el peor trimestre desde 2022, debido en gran parte al aumento del déficit comercial, provocado por la urgencia de los estadounidenses por adelantarse a los aranceles impuestos por Trump.
Finalmente, el viernes, el mismo departamento divulgará las cifras de abril sobre el gasto de los hogares, los ingresos y el índice de inflación que la Reserva Federal considera más relevante. En marzo, el gasto de los consumidores creció un 0,7 %, ya que muchos decidieron adelantar compras, especialmente de automóviles, para evitar los efectos de los aumentos de precios derivados de los aranceles de Trump.
