El Ice Cream Soda es una bebida vintage que combina la efervescencia de la soda con la cremosidad del helado, creando un postre líquido ideal para días calurosos o como capricho dulce en cualquier momento. Popular en fuentes de soda de mediados del siglo XX, este flotante de helado sigue siendo una opción irresistible por su sencillez, textura burbujeante y sabor nostálgico.
Ingredientes:
2 bochas de helado (vainilla, crema americana o el sabor que prefieras).
200 a 250 ml de soda fría o agua con gas.
Jarabe a gusto (opcional, por ejemplo: frutilla, vainilla, chocolate o cola).
Cerezas al marrasquino, crema chantilly o ralladura de chocolate para decorar (opcional).
Preparación:
Elegí un vaso alto o tipo copa: Idealmente transparente, para disfrutar también con la vista.
Si vas a usar jarabe, colocá primero una o dos cucharadas en el fondo del vaso: Esto le dará un toque de sabor y color extra.
Agregá las bochas de helado suavemente: Hacelo despacio para que no rebalse cuando entre la soda.
Verté la soda fría despacio, inclinando el vaso si es necesario: La mezcla comenzará a espumar: esa es la magia del flotante.
Decorá si querés: Un copito de crema chantilly, una cereza o un toque de sirope por encima y serví inmediatamente con sorbete y cuchara.
La Ice Cream Soda es mucho más que una bebida, es un viaje directo a los recuerdos de la infancia, a las fuentes de soda y a esas meriendas de verano con sabor a helado y burbujas. Con pocos ingredientes y en apenas unos minutos, podés recrear en casa un postre divertido, refrescante y lleno de encanto. Ideal para sorprender, para compartir o simplemente para darse un gusto, este flotante demuestra que la sencillez bien combinada nunca pasa de moda.