La reciente subasta de deuda realizada por el Tesoro evidenció las serias complicaciones que enfrenta el Gobierno para refinanciar sus obligaciones en el mercado doméstico. En la operación del miércoles, solo se logró cubrir el 45,7% de los vencimientos, en un entorno de alta volatilidad financiera y con tasas que superaron ampliamente los tres dígitos. La mayoría de las inversiones se concentraron en bonos vinculados al dólar, reflejando la preferencia de los inversores por protegerse ante la creciente incertidumbre política y cambiaria.
Este resultado representa un retroceso significativo en comparación con colocaciones previas, en las cuales el Tesoro había logrado renovar la totalidad de los compromisos. En esta ocasión, la demanda se orientó mayormente hacia títulos ajustados por el tipo de cambio oficial, mientras que los instrumentos con tasa fija o variable apenas captaron interés. El bajo nivel de aceptación encendió alertas dentro del equipo económico, que esperaba captar una porción importante de los 2,3 billones de pesos que vencían esta semana.
La jornada también estuvo marcada por una gran tensión en los mercados financieros. Las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump, quien cuestionó la continuidad del apoyo de Washington a Argentina, provocaron una ola de nerviosismo que impactó de inmediato en las tasas a corto plazo. La caución a un día llegó a pagarse por encima del 110%, aunque luego descendió al 86% tras la intervención del Banco Central, mientras que la tasa de repos interbancaria alcanzó un pico de 190% y se estabilizó cerca del 130% nominal anual hacia el cierre. Un nivel de tasas tan elevado dificulta gravemente la recuperación de una economía que ya muestra signos de estancamiento e incluso retroceso en varios sectores.
En este contexto, el Tesoro volvió a enfrentar un mercado renuente a extender plazos o a asumir riesgos en moneda local. La preferencia por activos dolarizados se acentuó a medida que crecían las dudas sobre la capacidad del Gobierno para mantener la asistencia financiera estadounidense, pieza clave del programa económico vigente.
La combinación de tasas altísimas, baja renovación y predominio de títulos atados al dólar deja en evidencia que la confianza del mercado sigue siendo débil, y que las señales provenientes de Estados Unidos continúan marcando el rumbo de la economía argentina.