El Gobierno nacional anunció un cambio en el esquema tarifario del servicio eléctrico que impactará de manera distinta según la época del año. Los usuarios residenciales abonarán tarifas más altas durante los meses de verano, mientras que las empresas y comercios tendrán un costo menor en ese período. En invierno, la situación se invertirá.
La medida fue oficializada mediante la Resolución 434/2025 de la Secretaría de Energía, publicada en el Boletín Oficial. El documento establece los nuevos precios mayoristas de la electricidad que regirán desde noviembre y que se trasladarán a las facturas de los distintos tipos de usuarios.
Entre el 1° de noviembre y el 30 de abril, los hogares pagarán entre $56.054 y $58.281 por megavatio-hora (MWh), mientras que los usuarios no residenciales —como comercios e industrias— abonarán entre $47.310 y $51.633 por MWh, según el contrato y los horarios de consumo.
En cuanto al impacto en las facturas, se estima que en la Región Metropolitana los hogares tendrán incrementos de entre 3,5% y 4%, mientras que en el caso de industrias y comercios podrían registrarse aumentos promedio del 2,2%, e incluso reducciones de hasta 10,3%, dependiendo de su nivel y patrón de consumo energético.
Desde la Secretaría de Energía explicaron que la modificación busca alinear los precios con los costos reales de generación y reflejar las fuentes de abastecimiento que utiliza cada tipo de usuario. En el caso de los hogares, la energía proviene principalmente de fuentes renovables y nucleares, cuyos valores permanecen estables durante todo el año y no dependen del costo del gas. En cambio, el sector comercial e industrial recibe electricidad de centrales térmicas que funcionan con gas y otros combustibles líquidos, más económicos en verano.
Con este nuevo esquema, el Gobierno pretende reducir los subsidios al sistema eléctrico y estimular la competenciaentre las empresas generadoras, con el objetivo de fortalecer la oferta energética y avanzar hacia un uso más eficiente de los recursos.
