La finalización de la tregua comercial entre Estados Unidos y China reaviva la incertidumbre en los mercados

Las tensiones entre Estados Unidos y China se acercan a un momento decisivo este martes, cuando finalicen los 90 días de la actual pausa en la guerra arancelaria.

La administración de Donald Trump busca redefinir un vínculo clave para la economía norteamericana, marcado por desafíos estratégicos que incluyen la competencia en el sector de los semiconductores, el liderazgo en inteligencia artificial y el complejo tablero internacional en el que también figura la Rusia de Vladímir Putin.

A tan solo dos días de que expire la suspensión temporal de los aranceles, Washington y Pekín —las dos mayores economías del planeta— aún no han alcanzado un pacto definitivo. No obstante, la Casa Blanca deja abierta la posibilidad de prolongar el alto al fuego comercial para dar más tiempo a las conversaciones. La semana pasada, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, señaló que, tras varias rondas de diálogo en Europa, existe un “principio de entendimiento” que podría frenar la imposición de gravámenes sin precedentes, los cuales amenazarían con fracturar la interdependencia económica: Estados Unidos, como principal mercado consumidor, y China, como potencia exportadora.

Según expertos, Washington todavía busca compromisos adicionales que le permitan acceder de forma menos restringida a recursos estratégicos. China concentra cerca del 70 % de la producción mundial de ciertos materiales críticos y casi el 90 % de los imanes de alto rendimiento, un dominio que el gobierno de Xi Jinping ha utilizado como herramienta de presión para limitar la capacidad de Trump de adoptar sanciones más duras.

En paralelo, ha surgido la posibilidad de que Estados Unidos penalice a China por la compra de petróleo ruso, en respuesta a la negativa de Moscú a poner fin a la guerra en Ucrania, una medida que podría poner en riesgo el avance de las negociaciones comerciales.

Pekín, por su parte, sostiene que tiene pleno derecho a mantener relaciones normales con sus socios internacionales y rechaza lo que considera presiones indebidas desde Washington. Trump, en tanto, prevé reunirse este viernes en Alaska con Vladímir Putin en un encuentro que podría reconfigurar el delicado equilibrio de poder entre las principales potencias mundiales.

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