La OPEP ajustó a la baja sus estimaciones de crecimiento de la demanda mundial de crudo para 2024, basándose en los datos recolectados hasta el momento. Además, la organización disminuyó también su proyección para el próximo año, marcando la tercera revisión consecutiva en sentido negativo.
En su informe mensual, la OPEP señaló que espera que el consumo global de petróleo aumente en 1,93 millones de barriles diarios (bpd) en 2024, por debajo de los 2,03 millones de bpd estimados en su informe anterior.
Las predicciones sobre la demanda de crudo en 2024 varían significativamente, en parte debido a las discrepancias en torno a la demanda en China y el ritmo de la transición hacia energías más limpias. Pese a la revisión, la OPEP sigue ubicándose en el extremo superior de las estimaciones dentro del sector energético.
El recorte más notable en las previsiones de 2024 se debe al mercado chino, donde la organización redujo sus expectativas de crecimiento de 650.000 bpd a 580.000 bpd.
Según la OPEP, aunque las medidas de estímulo por parte del gobierno chino respaldarán el consumo en el último trimestre del año, la demanda de crudo enfrentará dificultades debido a los desafíos económicos y a la creciente adopción de energías menos contaminantes.
“La demanda de gasóleo siguió siendo moderada, afectada principalmente por la desaceleración en sectores como la construcción y la sustitución de diésel por gas natural licuado en el transporte pesado”, afirmó la OPEP en su análisis del mes de agosto.
Además, la organización ajustó a la baja su proyección de crecimiento para la demanda global de petróleo en 2025, de 1,74 millones de bpd a 1,64 millones de bpd.
El nuevo ajuste de la OPEP podría influir en los precios internacionales del crudo. Aunque la organización ha intentado estabilizar los mercados a través de recortes en la producción, la menor demanda anticipada plantea la posibilidad de un exceso de oferta, lo que podría ejercer presión a la baja sobre los precios.
Este escenario ha generado un dilema para los países productores: mantener los recortes en la producción para sostener los precios o incrementar la oferta para evitar perder participación en el mercado frente a otros competidores. En este contexto, Arabia Saudita y Rusia han implementado reducciones en su producción, pero estas medidas no han sido suficientes para contrarrestar las expectativas de una caída en la demanda.
Otro factor clave en la revisión de las proyecciones es el avance de políticas orientadas hacia la descarbonización en diversas regiones. El crecimiento en el uso de vehículos eléctricos, el impulso a las energías renovables y regulaciones ambientales más estrictas están alterando la estructura del sector energético. Este proceso no solo afecta el consumo de crudo, sino que también cambia la percepción de riesgo a largo plazo para las inversiones en hidrocarburos.