La reciente campaña introduce desafíos tanto a nivel local como internacional. En la esfera global, Estados Unidos se posiciona con sólidos niveles de producción, mientras que Brasil, otro actor influyente en el mercado mundial, proyecta una repetición de los logros productivos alcanzados en la campaña previa.
En contraste, Argentina sale de una de las campañas más desafiantes de los últimos 24 años y podría estar en camino hacia una recuperación.
“En resumen, estamos frente a un panorama mundial de incremento en la oferta. Al analizar las discrepancias entre los inventarios y los consumos, se evidencia que estamos enfrentando la segunda relación más alta de los últimos años. Todo esto contribuye a una sensación de estabilidad en los mercados”, señalan desde la Bolsa de Cereales de Córdoba. Además, Agusto agrega: “También es importante considerar que China no está creciendo al ritmo previsto, lo que actúa como un freno al aumento de las cotizaciones”.
La Bolsa de Comercio de Rosario está anticipando un posible aumento en el área destinada al cultivo de soja para el ciclo 2023/24, rompiendo así con nueve campañas consecutivas de reducción. La primera estimación nacional en términos de la intención de siembra de la oleaginosa apunta a 17 millones de hectáreas, representando un aumento de un millón de hectáreas, es decir, un 6,2% más que en la campaña anterior.
“Si se mantienen los derechos de exportación en torno al 33% y prevalece un escenario de precios internacionales moderados, la rentabilidad para los productores será prácticamente nula. Sin embargo, con un enfoque diferente en la política cambiaria, podríamos experimentar una transformación en esta situación”, sugiere el economista principal de la Bolsa de Cereales de Córdoba. Agusto destaca que, de las 20 millones de toneladas producidas en la campaña 22/23, aún quedan por vender ocho millones y tres millones de toneladas están a la espera de fijación de precio, representando un valor equivalente a 3000 millones de dólares. “En comparación con otras campañas, la producción fue tan baja que esta cantidad no es excesiva en relación a años anteriores”, puntualiza el economista.
“La elección de vender o retener la producción dependerá de las necesidades individuales de cada productor. Aunque la venta inmediata podría capitalizar al productor, estamos en una época de considerable incertidumbre, lo que hace que las decisiones deban ser cuidadosamente consideradas y evaluadas”, concluye el economista de la Bolsa de Córdoba.