Aumenta el cierre de supermercados y kioscos

Caminar por los pasillos del supermercado o pasar por el kiosco para comprar golosinas o cigarrillos está dejando de ser rutina, debido a los cambios tecnológicos y la crisis económica, que afectan tanto al Hemisferio Norte como a América Latina, y Argentina no escapa a esta realidad.

Recientemente, la cadena española Alcampo, del grupo francés Auchan, anunció el cierre de 25 sucursales y la reducción de 15 hipermercados, afectando a unos 710 empleados en Argentina.

En Estados Unidos, Daily Table cerró definitivamente sus locales, reflejando una tendencia global: los consumidores buscan más marcas propias, promociones y prefieren comprar online, lo que ha llevado al cierre de tiendas físicas menos rentables.

En Argentina, los kioscos fueron los primeros en resentirse. En el último año, desaparecieron cerca de 16.000, afectados por la crisis, la competencia de nuevas formas de venta y grandes cadenas. Según Ernesto Acuña, vicepresidente de la Unión de Kiosqueros, la pérdida de exclusividad en productos tradicionales como cigarrillos, bebidas y golosinas, que ahora se venden en supermercados, farmacias y mini kioscos, es una causa clave. Además, la expansión de las cadenas “Open 24”, que compiten por desgaste y no por precio, dificulta la subsistencia de los negocios familiares.

La caída en las ventas es variable: en barrios acomodados como Recoleta o Palermo se mantienen estables, pero en zonas de clase media y sectores más vulnerables las caídas llegan hasta el 40%, incluso con ventas casi nulas en algunos barrios del sur de la Ciudad de Buenos Aires.

Un estudio reciente muestra que en Argentina el consumo de golosinas bajó un 40% y el de comida rápida un 45% en el último año.

Los supermercados argentinos tampoco tuvieron un buen 2024. Según el Instituto de Estadística y Censos de CABA, las ventas constantes de supermercados y mayoristas mostraron las peores caídas anuales (-8,8% y -8,3%, respectivamente).

En Europa, cadenas como Mercadona, Eroski, Día, Carrefour y Lidl también ajustan su red de locales, pero por motivos diferentes ligados a eficiencia y reposicionamiento.

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