Con una cuidada recreación de época, la serie La favorita 1922 logra atrapar al público

Tras el éxito de El tiempo entre costuras, esa delicada producción española llego para revivir una época glamorosa.

Satén, seda, raso, una sensación de suavidad y cuidado estético. Ubicándose un peldaño por encima de una simple telenovela, pero sin alcanzar el nivel de una obra maestra, se encuentra La favorita 1922, un drama romántico de época disponible en Flow que evoca reminiscencias de Velvet y guarda cierto parecido con Las chicas del cable.

La trama sigue a Elena de Valmonte (Verónica Sánchez), una talentosa chef con carácter propio que debe lidiar con un esposo controlador que intenta imponerle su voluntad. Un evento desafortunado la obliga a abandonar su vida acomodada en Sevilla junto a su criada, Cecilia (Raquel Querol). Deja atrás el palacete y el lujo, pero también la opresión. Al llegar a Madrid, se abre ante ellas una nueva realidad, más libre, aunque el pasado las acechará y pondrá en riesgo esa recién ganada tranquilidad.

En medio de las dificultades aparece Julio (Luis Fernández), el atractivo hombre que les alquilará el espacio para inaugurar su proyecto culinario. Más allá del fuego de los hornos, se encenderá una nueva llama: la del romance. La gastronomía se convierte en un elemento clave de la narrativa: salsas, mieles, aceites y otros ingredientes se mezclan con preparaciones artesanales decoradas con albahaca y diversas hierbas, subrayando el amor por la cocina y el placer de ofrecer una experiencia sensorial única.

Junto a Elena y Cecilia, se suman otras tres mujeres (Maribel Salas, Elena Maroto y Andrea Duro), conformando un grupo unido que recuerda, en su dinámica, a Las chicas del cable.

Si bien el esplendor visual y el vestuario elegante aportan glamour, la esencia del guion resulta convencional y recurre a algunos clichés, sin alcanzar una profundidad notable.

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