A finales de los años 80’s, en el apogeo de la revolución tecnológica, la firma argentina Telemática S.A. lanzó al mercado una computadora que dejaría una huella en la industria, el Talent DPC-200. Basado en el sistema MSX y construido sobre la plataforma de la coreana Daewoo DPC-200, este equipo no solo logró un notable éxito en Argentina, sino que también tuvo una destacada acogida en Chile y Uruguay.
El origen del DPC-200 se remonta a 1985, cuando Telemática S.A., en colaboración con Microstar, dirigida por Carlos Manzanedo, se estableció para distribuir productos MSX de Daewoo en Argentina. El acuerdo incluía el ensamblaje local de componentes importados para aprovechar beneficios fiscales, mientras que el firmware, propiedad de Microsoft, se adquiría por separado a un precio simbólico de 1 USD por licencia, negociado directamente con los fabricantes coreanos.
El Talent DPC-200, que correspondía a la primera versión del estándar MSX, logró vender alrededor de 60,000 unidades. Muchas de estas computadoras fueron destinadas a instituciones educativas a precios reducidos, promoviendo así una amplia adopción en el sector educativo. Además, en colaboración con el Banco del Buen Ayre, se implementó un programa de financiamiento innovador que facilitaba la adquisición de computadoras y módems mediante créditos accesibles, vendiendo aproximadamente 2,000 unidades bajo este esquema.
En 1987, Telemática S.A. comenzó a desarrollar la sucesora del DPC-200, la TPC 310, compatible con el estándar MSX2. Este modelo sobresalía por incluir un compilador Turbo BASIC y un sistema operativo básico similar a Windows, además de contar con 128 KB de RAM y un reloj en tiempo real (RTC).
Un detalle interesante de la TPC-310 era un “easter egg” oculto en su entorno similar a Windows: al colocar el cursor en la esquina inferior derecha y presionar la barra espaciadora, aparecían las caras y nombres de los seis desarrolladores que participaron en su creación.
Además, Telemática S.A. produjo la MSX2 DPC300, una versión adaptada de la CPC300 de Daewoo exclusivamente para los mercados de Chile y Uruguay. La compañía también desarrolló una variedad de periféricos y lanzó software bajo su propia marca, incluyendo el datassette MC-300D y las unidades de disco DPF-500, DPF 550 y DPF 560, así como el cartucho de 80 columnas TEV-605 y el joystick DPJ-900.
Aunque el diseño del Talent DPC-200 originalmente pertenecía a Daewoo de Corea, su impacto en Argentina fue profundo, especialmente en el sector educativo, gracias a su amplio catálogo de utilitarios y lenguajes de programación.
Este legado hizo del Talent DPC-200 un pionero en la historia de las computadoras personales en Argentina, dejando una marca duradera en la memoria de aquellos que vivieron la era dorada de la informática educativa en el país.