La Copa Libertadores 1981 fue la vigésima segunda edición del torneo de clubes más importante de América en la que participaron equipos de diez países. Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela son los que se jugaban todo por obtener el trofeo.
Flamengo, con un Zico mágico y una pizca de fortuna lograron dar la vuelta en el Centenario de Montevideo para empezar a gestar una historia de grandeza.
Flamengo comenzó su participación en el Grupo 3 y el primer partido fue contra un viejo conocido. Empató 2-2 contra Mineiro y luego aplastó a Cerro Porteño por 5-2. Luego debería enfrentar a Olimpia con el cambiazo de Deté consumado: 1-1 como local.
La cosa estaba brava, pero no era imposible. Volvió a repetir resultado contra el Galo, pero esta vez en Río de Janeiro y revalidó su goleada ante el Azulgrana, ahora 4-2. Necesitaba ganarle al Decano paraguayo para avanzar cómodo a la siguiente fase. La fortuna no acompañó y el 0-0 en Asunción lo condenó a jugar un partido de desempate contra el Mineiro.
El 21 de agosto se vieron las caras para ver quién seguía en la Copa. En un encuentro de locos, el Mengao sacó boletos y avanzó: a los 35′ minutos del primer tiempo, el elenco de Belo Horizonte ya tenía cinco expulsados y se tuvo que suspender el match, dándole ganado el mismo al equipo de Zico y compañía.
Para la segunda fase y última ante de la finalísima, también jugó el azar para Flamengo. En el sorteo le tocó con Deportivo Cali y Jorge Wilstermann. Del otro lado estaban Cobreloa, Nacional y Peñarol.
Bajo la dirección técnica de Carpegiani ganaron los cuatro partidos: 1-0 y 3-0 a los colombianos y 2-1 y 4-1 a los de Cochabamba. Holgado, con 10 goles a favor y tan solo dos en contra, se postulaba como finalista.
Su rival para la definición fue Cobreloa, que dejó en el camino a los dos equipos uruguayos. La ida se jugó el 13 de noviembre en el Maracaná. Flamengo arrancó con un buen 2-1 gracias a Zico. Para la vuelta, siete días más tarde, sufrirían en Santiago de Chile: 10′ minutos antes del final, Merello puso el 1-0 definitivo para los Mineros, que forzaban un desempate.
El tercer partido se jugó un 23 de noviembre, mismo día de la final con River. En Montevideo gritó campeón. Zico volvió a hacerse gigante y metió los goles para el 2-0 que sentenciaría pero Flamengo terminó con nueve y los chilenos con ocho después de un calentón cerca del final.
Zico fue la gran figura de los brasileños metiendo 11 goles para quedar como máximo goleador y darle la alegría que todos quisieran vivir a los hinchas del Flamengo, un equipo que jamás se olvidará.
