La exportación más importante de Argentina toca su nivel más bajo en 15 años

Durante la campaña agrícola 2024/25, la superficie destinada a la siembra de soja alcanzó las 18,4 millones de hectáreas, lo que representa un aumento del 6,4% respecto al ciclo 2023/24 y un 10% más en comparación con el promedio de los últimos cinco años, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

En este contexto, la harina de soja, principal producto de exportación argentino, encara el año 2025 con precios deprimidos, aunque la demanda internacional muestra indicios alentadores.

Un informe reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señala que a finales de junio el precio FOB de exportación cayó a US$ 281 por tonelada, marcando el nivel más bajo en más de quince años.

Fuentes consultadas por Noticias Argentinas indican que esta caída global en los precios está vinculada a las políticas de biocombustibles, que han impulsado el consumo de aceites vegetales —especialmente el aceite de soja— elevando su precio en más del 30% en lo que va del año. Sin embargo, este aumento ha incentivado un mayor procesamiento del grano, generando así una oferta excedente de harina que el mercado mundial no puede absorber al mismo ritmo.

Esta saturación ha ejercido una presión negativa sobre los valores de la harina tanto en Estados Unidos como en el comercio internacional.

La harina de soja representó el 13,4% del total de exportaciones argentinas, mientras que el complejo soja en conjunto explicó el 27,6% de las ventas externas.

Para este año, se proyectan exportaciones de harina por un valor cercano a los US$ 9.044 millones, cifra superior a la de 2023 pero aún lejos de los picos históricos alcanzados.

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