Mientras Kiev y Moscú avanzan en el intercambio de prisioneros y restos de soldados fallecidos, Ucrania fue blanco del que sería el ataque con drones explosivos más intenso desde que comenzó la guerra, según comunicó la Fuerza Aérea ucraniana.
De acuerdo con el reporte militar, se detectó el lanzamiento de 479 drones por parte de las fuerzas rusas, superando la anterior cifra récord de 472 aparatos registrada el 1 de junio. A este bombardeo aéreo se sumó el uso de misiles de última generación, en una jornada marcada por una escalada significativa en el frente.
Pese a la magnitud del ataque, los sistemas de defensa aérea ucranianos interceptaron 460 de los drones enviados, así como 19 de los 20 misiles lanzados en simultáneo. El parte oficial indicó que se registraron impactos en al menos diez ubicaciones distintas, mientras que en otras 17 zonas cayeron restos de artefactos interceptados. Sin embargo, no se brindaron detalles sobre los lugares afectados.
Según la agencia AFP, este tipo de ofensivas se han vuelto más frecuentes en momentos claves del diálogo entre ambos países. En este operativo en particular, Ucrania logró derribar 277 drones tipo Shahed y neutralizar electrónicamente otros 183, convirtiéndolo en uno de los ataques más masivos con vehículos no tripulados desde el inicio del conflicto.
Además de los drones, Rusia disparó una serie de misiles avanzados, incluyendo cuatro Kinzhal hipersónicos, diez misiles de crucero Kh-101, dos Kh-31P y un Kh-35. Todos estos fueron interceptados por las defensas ucranianas. Desde el mar Negro, también se lanzaron tres misiles Kh-22, de los cuales dos fueron derribados.
El ataque no solo empleó drones armados, sino también réplicas utilizadas como señuelos, una táctica que busca sobrecargar los sistemas defensivos y dificultar la identificación de las amenazas reales. Esta estrategia forma parte de una campaña más amplia para desestabilizar las defensas aéreas ucranianas.
De acuerdo con medios locales, varios de los misiles Kinzhal —considerados entre los más sofisticados de Rusia y únicamente interceptables con sistemas Patriot de fabricación estadounidense— apuntaron a la región de Rivne, al noroeste del país, una zona alejada de las líneas de combate. Esto confirma el alcance extendido de los misiles empleados por Moscú.
La ofensiva coincide con el aplazamiento de un intercambio humanitario que estaba previsto para el fin de semana. El jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kirilo Budanov, confirmó que la operación se reprogramó para esta semana, aunque no ofreció detalles sobre la cantidad de prisioneros ni cuerpos implicados, ni sobre las condiciones del acuerdo.
