En octubre de 1992, Soda Stereo sorprendió a sus seguidores y a la industria musical con el lanzamiento de Dynamo, un álbum que marcó un cambio radical en su estilo.
Después de un periodo de descanso que permitió a cada miembro explorar sus proyectos individuales, la banda se reunió con una renovada energía creativa que se reflejó en esta innovadora obra.
Dynamo se distancia de los trabajos anteriores del grupo al adentrarse en territorios musicales inéditos para ellos. Según Gustavo Cerati, el disco representa una exploración de libertad y eclecticismo: “Es un álbum que se acerca más a la libertad que otros trabajos. Siempre buscamos contrastes, y en Dynamo alcanzamos probablemente el mayor grado de contraste en nuestra música”, afirmó Cerati en su momento.
Este álbum fue el último que Soda Stereo lanzó bajo el sello de Sony Music. Después del éxito comercial de Canción Animal, la discográfica esperaba una continuación del mismo calibre. Sin embargo, Dynamo presentó un enfoque completamente diferente. Aunque no logró igualar el éxito de ventas de su predecesor, el disco se convirtió en un hito en la evolución del sonido de la banda, incorporando elementos del shoegaze, el dream pop y una psicodelia densa y apasionada.
La banda tuvo la oportunidad de trabajar en un estudio propio diseñado por el arquitecto Miguel Ángel Bravo. Sin las restricciones de horarios o presupuestos estrictos, Soda Stereo se sumergió en un proceso creativo sin límites, experimentando con sonidos y texturas. En palabras del bajista Daniel Melero, la música que estaban creando era “totalmente corrosiva”, buscando alejarse del encasillamiento pop que los había definido previamente.
A pesar de su carácter innovador, Dynamo fue recibido con reservas. La crítica no lo apreció en su totalidad en su lanzamiento, y el álbum no contenía un éxito comercial evidente. Canciones como “Secuencia inicial” y “Toma la ruta” intentaron desafiar la imagen tradicional de la guitarra en el rock, mientras que “Fue” mostró una belleza melancólica que pasó desapercibida en ese entonces. Solo “Primavera cero” logró captar algo del público, destacándose por su esencia pop.
El tema “En remolinos” tardó en ser reconocido como una balada romántica notable, con Cerati explicando más tarde en una entrevista con Rolling Stone que la canción surgió en un momento de gran adversidad personal. “Las canciones más románticas no siempre vienen del enamoramiento, sino de la añoranza de un estado ideal”, explicó.
Por otro lado, “Luna roja” abordó el tema del VIH de manera implícita, mientras que el sonido del álbum se volvía cada vez más denso y experimental. Dynamo se destaca en la discografía de Soda Stereo como una obra atemporal y audaz. El proceso de grabación estuvo marcado por tensiones internas, especialmente con la salida de Melero, quien dejó la banda debido a las disputas y la tensión personal que atravesaba.
Dynamo fue el comienzo de una nueva etapa para Gustavo Cerati, quien ese mismo año colaboró con Daniel Melero en el aclamado Colores Santos y lanzó Amor Amarillo al siguiente año. El álbum experimental de Soda Stereo sigue siendo una referencia influyente en la música, demostrando la valentía de la banda al explorar nuevas fronteras y mantenerse fiel a su espíritu vanguardista.
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