El reciente fallo de la jueza Preska, que dispuso la entrega del 51% de las acciones estatales de YPF al fondo Burford Capital, volvió a colocar a la petrolera bajo la lupa por su relevancia en la matriz energética y sus planes de crecimiento en el exterior.
Según un análisis, YPF concentra más de la mitad de la capacidad de refinación en el país y posee cerca del 30% de las reservas de petróleo y gas. Sus tres refinerías procesan anualmente alrededor de 124 millones de barriles, de los cuales un 75% corresponde a extracción propia.
En el segmento de combustibles, la empresa lidera con casi un tercio de las estaciones de servicio de la Argentina y aporta el 36% de la producción nacional de petróleo y el 29% de gas. Su principal apuesta es el desarrollo no convencional en Vaca Muerta, donde en 2024 logró incrementar la extracción de crudo en un 25% y la de gas en un 18%.
Tras conocerse la decisión judicial, el presidente de YPF, Horacio Marín, buscó transmitir calma al remarcar que el fallo “fue contra la República y no contra YPF”. La compañía también informó a la Comisión Nacional de Valores que no integra el proceso legal sobre esas acciones estatales.
Además de su posición dominante en hidrocarburos, YPF controla YPF Luz, referente en energía renovable y convencional, y Metrogas, la mayor distribuidora de gas del país. Entre sus metas hacia 2030 figura exportar energía por 30.000 millones de dólares anuales, aunque enfrenta obstáculos como la crisis de abastecimiento interno de gas y la falta de infraestructura de transporte.
Por último, el informe alerta que con la sanción de la Ley Bases y las modificaciones al régimen de hidrocarburos, las compañías podrían priorizar exportaciones sobre el consumo doméstico, generando un nuevo debate en torno al papel estratégico de YPF en un mercado cada vez más liberalizado.