Un estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica – UCA -, reveló que la mitad de la población en el país experimentó estrés económico durante 2024, un nivel cuatro puntos superior al registrado en 2023, a pesar de la baja en la tasa de pobreza en el mismo período.
Según el informe, este indicador –que refleja la percepción de los hogares sobre su capacidad de cubrir gastos esenciales, mantener su nivel de consumo y ahorrar– alcanzó su máximo nivel desde la pandemia.
Desde la UCA aclararon que este dato no sustituye la medición oficial de pobreza por ingresos, pero destacaron que “la evaluación que hacen las familias sobre sus posibilidades de consumo es también un aspecto relevante para analizar las condiciones de vida”.
Se señaló durante la presentación que la percepción de “no me alcanza” refleja “una visión más realista de la pobreza, aunque sea subjetiva”.
El aumento de personas que sienten insuficiencia de ingresos se dio incluso cuando la pobreza medida por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) bajó del 41,7 % en el segundo semestre de 2023 al 38,1 % en el mismo período de 2024, tras haber alcanzado un pico de 52,9 % en el primer semestre de ese año.
Este informe de la UCA se conoció el mismo día que el Gobierno de Javier Milei difundió sus propias estimaciones de pobreza, que según el Ministerio de Capital Humano se ubicó en 31,7 % en el primer trimestre de 2025. Además, indicaron que la indigencia en ese período fue del 7,3 %, levemente por debajo del último registro oficial del Indec y bastante menos que el 20,2 % estimado por el Ministerio para el primer trimestre de 2024.
Desde Capital Humano atribuyeron la reducción de la pobreza a dos factores principales: la implementación de políticas económicas que estabilizaron la macroeconomía y contuvieron la inflación, y la aplicación de ayudas sociales focalizadas para los sectores más vulnerables. El presidente Milei compartió el anuncio en sus redes, acompañado de críticas hacia sus opositores.
En la primera parte de 2024, la pobreza había trepado al 52,9 %, el nivel más alto desde 2003, producto del fuerte ajuste económico y la alta inflación tras la asunción de Milei en diciembre de 2023. La posterior baja de la pobreza estuvo vinculada con la desaceleración inflacionaria y cierta recuperación de los ingresos en la segunda mitad del año.
La mayor tasa de pobreza en la historia reciente argentina se registró en octubre de 2002, cuando alcanzó el 57,5 % luego de la profunda crisis económica de 2001.