El grandioso Argentinos Juniors Campeón de la Copa Libertadores 1985

El equipo de La Paternal, se consagró campeón de la Copa Libertadores en 1985. Para lograrlo, desplegó un fútbol de alto nivel que se ajustaba perfectamente a su identidad histórica, forjada a partir de grandes jugadores y un estilo de juego basado en el toque y la creatividad.

El camino hacia la gloria comenzó en el torneo Metropolitano de 1984, donde Argentinos se quedó con el título, asegurándose así su lugar en la competencia continental. Luego de una espera de siete meses, debutó en la fase de grupos junto a Ferro Carril Oeste, Fluminense y Vasco da Gama. A pesar de haber perdido el primer partido contra Ferro, el equipo se recuperó con dos victorias en Brasil, 2-1 ante Vasco y 1-0 frente a Flamengo en el mítico Maracaná.

Tras compartir el primer lugar con Ferro, Argentinos se clasificó para la siguiente fase en un desempate que ganó por 3-1, con dos goles de Claudio Borghi y uno de Carlos Ereros. En la zona semifinal, tuvo que enfrentarse a Blooming e Independiente, el campeón defensor.

El empate en puntos con los “rojos” de Avellaneda y la pequeña ventaja en goles de estos últimos obligaban a Argentinos a conseguir un triunfo para avanzar a la final. Con un gran desempeño, el equipo se impuso 2-1, con goles de Mario Hernán Videla y José “Pepe” Castro, y un descontó de José Percudani que mantuvo la incertidumbre hasta el final.

En la gran final, Argentinos se midió con el América de Cali en una serie que se definió en el tercer partido, disputado en Asunción.

Las formaciones de ese histórico partido fueron:

Argentinos Juniors: Enrique Vidallé; Carmelo Villalba (Carlos Mayor), José Pavoni, Jorge Pellegrini (Miguel Lemme), Adrián Domenech; Jorge Olguín, Sergio Batista; Mario Videla, Renato Corsi, Emilio Commisso; y Claudio Borghi, dirigidos por el DT José Yudica.

América de Cali: Julio Falcioni; Hugo Valencia, Gonzalo Soto, Henry Viáfara, Gabriel Chaparro; Pedro Sarmiento, González Aquino, Roberto Cabañas; Willington Ortíz (Antonhy De Ávila), Ricardo Gareca, Juan Battaglia (Hernán Herrera). DT: Gabriel Ochoa Uribe.

Diezmado por las lesiones de sus dos delanteros, Castro y Ereros, el equipo de La Paternal contó con el talento de Claudio Borghi como única referencia en ataque. Tras un partido muy parejo que finalizó 1-1, la definición llegó desde el punto penal.

La efectividad fue perfecta hasta el octavo penal, cuando Mario Videla convirtió para Argentinos y De Ávila erró para los colombianos. Sin embargo, el árbitro chileno Hernán Silva dio por finalizado el partido sin que Argentinos pudiera ejecutar su último penal, generando una confusión en el campo de juego.

Luego de varios minutos de discusión, se decidió que Argentinos tendría derecho a ejecutar ese penal, que fue convertido por Videla, asegurando así el título para su equipo.

Argentinos Juniors alcanzó la gloria de la manera que mejor conocía: a través de su rica historia, llena de grandes jugadores y una forma inquebrantable de sentir el fútbol. La pasión que emana de sus raíces más profundas fue la clave que le permitió llegar al éxito.

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