El álbum debut homónimo del supergrupo de rock argentino Serú Girán, lanzado en 1978 y producido por el músico Billy Bond, marcó un hito en la escena musical del país.
Las sesiones de grabación se iniciaron en los estudios El Dorado de San Pablo y culminaron en los ABC Recording Studios de Los Ángeles, Estados Unidos. Daniel Goldberg estuvo a cargo de los arreglos y la dirección orquestal. El grupo, concebido por Charly García en su etapa post-Sui Géneris, se formó con David Lebón durante un viaje a Brasil y la posterior incorporación de Pedro Aznar, reconocido por su destreza en el bajo. Más tarde se unió Oscar Moro, exbaterista de La Máquina de Hacer Pájaros.
Este álbum, lleno de clásicos del rock argentino, representó un punto de inflexión en el género en el país debido a la complejidad de las composiciones, principalmente a cargo de Charly García. La exploración de diversos ritmos y estilos, como el rock progresivo y el jazz fusión, junto con el uso poco convencional de sintetizadores y orquestaciones sinfónicas, lo convirtió en una obra única y adelantada a su tiempo. A pesar de enfrentar críticas severas, el álbum fue comprendido por pocos pero dejó una marca indeleble.
La suavidad inicial de “Eiti Leida” da paso a un desarrollo rítmico fascinante. El bajo fretless se destaca, entrelazando armonías, seguido de un sublime solo que evoca al maestro Pastorius. Las voces sellan una base atmosférica que eleva la canción, culminando en una melodía épica.
“El Mendigo de Anden” presenta una voz limpia sobre arpegios de cuerdas, acompañada de una ejecución de batería ajustada y vertiginosa, con polifonías que se suceden hasta el final. “Separata” avanza con el pulso del piano, sirviendo como una transición antes del extenso viaje de “Autos, jets, aviones, barcos”, lleno de percusión y movimientos continuos.
“Serú Giran” se presenta con una extensa introducción, destacando gradualmente a los cantantes y enfatizando una amplia gama de instrumentos orquestales. “Seminare”, un himno argentino, es conocido por su mensaje, época y genialidad de sus compositores. “Voy a Mil” fusiona elementos del rock and roll y una sorpresiva balada, con cortes impredecibles y eufonías virtuosas.
“Cosmigonon” concluye de manera contundente, con arpegios intensos. La complejidad armónica y las ambiciones elevadas de Serú Girán, desde el lenguaje inventado hasta la música, los establecieron como una de las mayores bandas de la historia del rock argentino, aunque su comprensión plena por el público llegó con el tiempo.
El álbum inaugural de Serú Girán perdura como un hito histórico, trascendiendo las barreras del pasado para continuar impactando en el presente y proyectándose hacia el futuro.
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