La Impactante Potencia de Sumo en su Magnífico Álbum Divididos por la Felicidad

El álbum debut de Sumo, titulado Divididos por la Felicidad, vio la luz en 1985, marcando un hito en la escena musical argentina.

Este innovador trabajo introdujo ritmos derivados de la escena postpunk londinense y neoyorkina, hasta entonces desconocidos a nivel masivo en el país, y cambió la dinámica del rock argentino, aún impregnado del espíritu festivo de la “primavera democrática”.

El álbum, que exploraba la new wave, el reggae y el ska, entre otros géneros, incluía clásicos como “La rubia tarada”, “El reggae de paz y amor”, “Mejor no hablar de ciertas cosas”, “DBD” y “Kaya”.

Esta publicación marcó la transición de Sumo desde la escena under, liderada por Luca Prodan e integrada por Germán Daffunchio y Ricardo Mollo en guitarras; Diego Arnedo en bajo; Alberto Troglio en batería; y Roberto Pettinato en saxo, hacia un público más amplio.

“Divididos por la Felicidad” no solo representó una ruptura estilística en el rock argentino, sino también al incluir muchas canciones en inglés, un hecho novedoso en un contexto donde los precursores del género enfrentaron resistencia de la industria para componer en español, un rasgo distintivo que lo convirtió en pionero a nivel mundial y motivo de orgullo.

Este lanzamiento ocurrió en un momento en que las heridas de la Guerra de Malvinas de 1982 aún estaban abiertas, llevando a la Junta Militar a prohibir la música en inglés y retrasando la llegada de las novedades culturales del hemisferio norte.

Aunque el rock argentino de los ’80 ya había incorporado humor e ironía para burlarse del ‘establishment’, las letras de Sumo llevaron esto un paso más allá, presentando estas características desde un enfoque más confrontativo.

Desde la apertura del disco con “La rubia tarada”, el título mismo indicaba una diferencia sustancial con otras propuestas de la época, que suavizaban las críticas con humor. En cuanto al estilo musical, Sumo introdujo al público argentino un panorama previamente conocido solo por unos pocos informados sobre la música global.

El título del álbum hacía referencia a Joy Division, una banda clave de la escena de Manchester de finales de los ’70, inspiración para Luca Prodan, quien también mostraba influencias de Ian Dury, Blondie y Elvis Costello, entre otros menos conocidos en Argentina en 1985.

Temas como la pieza disco “DBD”, los ritmos jamaiquinos en “Regtest”, “Don’t come” y “Reggae de paz y amor”, con la participación de Los Trovadores en coros, así como los guiños ska de “Mejor no hablar de ciertas cosas” y “Kaya”, marcaron el inicio de una nueva era.

La diferencia también se reflejaba en el tratamiento sonoro, apostando por un estilo más “oscuro” en comparación con otros grupos de la época. Las guitarras, el groove del bajo, el golpe de la batería y el uso del saxo se combinaban para crear una atmósfera distintiva.

Resultaba llamativa la forma de cantar de Prodan, menos enfocada en la entonación y más centrada en actuar como un instrumento más, con interjecciones, scats y tarareos.

Grabado en los estudios CBS, “Divididos por la Felicidad” anticipó la dirección que tomaría el rock argentino, especialmente después de que la falta de mejoras económicas marcara el fin de la “primavera democrática” y el comienzo de un estado de ánimo dominado por la decepción.

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