Brasil Campeón Mundial ’70

La extraordinaria victoria de Brasil en la final del Mundial 1970, en el estadio Azteca fue la victoria del fútbol en su máximo esplendor.

Brasil no copia a nadie en su estilo de juego, sino que hace del arte de sus jugadores su mayor fortaleza y lo impone al mundo con su propio sello personal. Su filosofía y personalidad son únicas, y nunca deberán abandonarlas. Aquella victoria fue una celebración del fútbol que todos amamos ver y aplaudir, y que el mundo entero tuvo que admirar.”

En la primera fase del torneo no hubo muchas sorpresas. La Unión Soviética y México pasaron a la siguiente ronda tras dejar atrás a Bélgica y El Salvador. Italia y Uruguay superaron a Suecia e Israel, Alemania Federal y Perú avanzaron a expensas de Bulgaria y Marruecos, mientras que Brasil e Inglaterra ocuparon los dos puestos por encima de Checoslovaquia y Rumania.

En los cuartos de final, Uruguay sorprendió al ganarle a la Unión Soviética con un cabezazo de Víctor Espárrago en el minuto 119, lo que les permitió avanzar a semifinales. El enfrentamiento sudamericano entre Brasil y Perú fue ganado por el equipo de Pelé, cuyos delanteros aprovecharon las debilidades defensivas de los peruanos. Fue un marcador de 4-2.

En Toluca, Italia soportó un gol de México para anotar cuatro tantos y dejar fuera al equipo local. El puntero izquierdo del Cagliari, Gigi Riva, anotó dos goles y mostró su capacidad para el remate de media distancia. El partido más emocionante de los cuartos de final lo jugaron los alemanes e ingleses, los finalistas de cuatro años antes. Alemania se desquitó porque, aunque Inglaterra ganaba 2-0 bajo el calor sofocante de León, Alemania logró empatar con un gol de Franz Beckenbauer y otro de Uwe Seeler. En la media hora suplementaria, Gerd Müller anotó de cabeza ante la fragilidad del arquero Bonetti, sustituto de Banks, quien estaba lesionado.

En las semifinales, los equipos europeos (Alemania e Italia) y sudamericanos (Uruguay y Brasil) se enfrentaron. Ambos partidos se jugaron el 17 de junio a las cuatro de la tarde.

En la Ciudad de México, alemanes e italianos tuvieron un gran partido. Boninsegna anotó el primer gol a los 8 minutos, y los alemanes empataron en la última jugada del partido. El partido se extendió a la prórroga y se marcaron cinco goles más en esa media hora adicional: Müller anotó el 2-1 para Alemania, Burgnich igualó el marcador, Riva anotó para Italia y Müller volvió a empatar antes de que Gianni Rivera, el ídolo del Milán, marcara el 4-3 definitivo, clasificando a Italia a la final.

Brasil logró vencer a Uruguay por 3 a 1, aunque no fue tan fácil como se esperaba. Uruguay tomó la delantera con un gol de Luis Cubilla, pero Clodoaldo logró empatar para Brasil. En los últimos 15 minutos, Jairzinho marcó el segundo gol después de una carrera impresionante, y finalmente Rivelino anotó un gol mágico con su pierna izquierda.

Un día antes de la gran final del 21 de junio en el Estadio Azteca, Alemania aseguró el tercer lugar al vencer a Uruguay con un zurdazo de Overath. Brasil y su fútbol prolijo, incisivo y audaz, liderado por sus grandes figuras Pelé, Jairzinho y Rivelino, se enfrentaron a Italia, que se aferraba a su solidez defensiva y la aspereza del medio, buscando sorprender de contra.

Pelé anotó un gol de cabeza (su último en una Copa del Mundo) y Boninsegna igualó para Italia, dejando el marcador en 1 a 1 al final del primer tiempo. En la segunda mitad, Brasil mostró su gran habilidad con un tremendo bombazo de Gerson desde lejos, una jugada impresionante de Pelé que resultó en un gol de Jairzinho, y una jugada excepcional que concluyó con un balazo de Carlos Alberto desde el sector derecho. El resultado final fue una goleada de 4 a 1 y una gran ovación para Brasil, así como la despedida de Pelé, quien jugó en cuatro mundiales y ganó tres. Este equipo brasileño se quedó en el recuerdo como una máquina de fútbol imparable, con su tercer trofeo de la Copa del Mundo en el bolsillo.

El equipo brasileño campeón del mundo en 1970 contó con Pelé en toda su majestuosidad, y a solo un paso detrás de él, seis supercracks: Jairzinho, Gerson, Tostao, Rivelino, Carlos Alberto y Clodoaldo. El modesto portero Felix y los eficientes defensores Wilson Piazza, Brito y Everaldo completaron una máquina de fútbol incontenible que jugó y ganó seis partidos, marcó 19 goles y recibió 7. Este equipo, medio siglo después, sigue siendo considerado el mejor equipo de fútbol de todos los tiempos.

Compartir