Argentinos Juniors Campeón Del Nacional ’85

Argentinos llegó al Nacional 1985 como campeón de la Primera División del año anterior, pero con la baja de Roberto Saporiti. El entrenador dejó su cargo después de la primera vuelta olímpica y fue reemplazado por José Yudica.

Tan importante como haber llegado como campeón fue mantener el plantel y su estilo de juego al comienzo del torneo. Argentinos continuó demostrando que su proyecto era serio.

La primera ronda consistió en dividir a los 32 clasificados en ocho grupos de cuatro equipos cada uno, con enfrentamientos todos contra todos a ida y vuelta. Argentinos compartió el grupo “F” con Central Norte de Salta, Belgrano de Córdoba y Chacarita Juniors. El comienzo fue impresionante: una victoria histórica como local por 8-0 ante el equipo salteño con cinco goles del goleador Pedro Pasculli. Manteniendo el mismo nivel de juego, el Bicho ganó el grupo cómodamente y sin sufrir ninguna derrota (con otros dos triunfos y tres empates).

El siguiente paso fue la ronda de ganadores. En la primera fase de esta, a la que clasificaron los 16 equipos que terminaron primeros y segundos de sus respectivos grupos, Argentinos se enfrentó a San Lorenzo en partidos de ida y vuelta. El equipo de Yudica clasificó tras empatar 2-2 en la cancha de Vélez, donde San Lorenzo jugaba de local, y ganar por 1-0 en la revancha. El siguiente rival fue San Martín de Tucumán, a quien Argentinos venció por 2-0 en el estadio Mundialista de Córdoba, ya que a partir de esta instancia los partidos se disputaban en sedes neutrales.

En las semifinales, Argentinos Juniors se enfrentó a otro de los mejores equipos de la época: el Ferro de Carlos Griguol, quien había sido responsable de la última derrota del conjunto de La Paternal en la 30ª fecha del Campeonato de Primera División de 1984, en un partido que terminó 2-0 a favor de Ferro el 4 de noviembre. Es decir, Argentinos llegaba al cruce sin haber perdido en los últimos dieciséis partidos. En la tarde del siete de abril de 1985, en el estadio de Vélez Sarsfield, el reciente campeón demostró su superioridad y fútbol ofensivo al vencer por 3-0 a la locomotora del Oeste.

En la final de la ronda de ganadores, Argentinos Juniors se enfrentó a otro duro rival, Vélez Sarsfield, conocido por su defensa sólida y áspera. La definición se llevó a cabo en partidos de ida y vuelta, disputándose la ida en la Bombonera, donde Argentinos hacía de local, y la revancha en el Amalfitani.

Ambos equipos ganaron sus partidos de local por 2-0 (destacándose el gol olímpico del “Panza” Videla en el primer encuentro), lo que llevó la definición a los disparos desde el punto penal. En ese momento, “Quique” Vidallé demostró su liderazgo en instancias decisivas al contener dos penales, llevando al triunfo de Argentinos por 4-2 y la consiguiente conquista de la ronda de ganadores.

La derrota en el tiempo reglamentario puso fin a la racha triunfal del equipo, que hasta ese 17 de julio había acumulado 21 partidos consecutivos sin ser derrotado, estableciendo un récord que aún no ha sido igualado por la institución.

Los vericuetos del reglamento establecían que el ganador de la ronda de ganadores avanzaría a la final y se enfrentaría al ganador de la ronda de perdedores. Casualmente, el equipo de Liniers, del cual formaba parte Argentinos, se impuso en el grupo de los no favorecidos, lo que implicaba un nuevo cruce con el cuadro fortinero para definir el certamen. La final se jugaría en el estadio Monumental el 28 de agosto,

El primer partido de la final terminó empatado 1 a 1, y en la definición por penales el rival se impuso por 4 a 3. A pesar de todo, Argentinos luchó y sufrió hasta el final, tal como marca su historia. Finalmente, el encuentro definitivo se disputó el 4 de septiembre.

El equipo de La Paternal logró ponerse en ventaja a los 5′ minutos del segundo tiempo gracias a Pepe Castro, quien ratificó la inefable “ley del ex” al marcarle al club que lo formó. Fue tras una fantástica jugada colectiva que comenzó con un desborde del Ruso Domenech. Pocos minutos después, Jorge Comas, quien sería el máximo goleador del certamen, aprovechó un error de la zaga central del Bicho y marcó el gol del empate.

Cerca de los 20′ minutos, Jorge Olguín tuvo la oportunidad de repetir la hazaña del año anterior y darle el título a Argentinos mediante un penal que surgió de una tosca infracción sobre el nene Commisso. Sin embargo, el joven arquero Carlos Navarro Montoya contuvo el remate y mantuvo la tensión hasta el final. Quince minutos después, debido al constante asedio sobre la valla fortinera, se dio una jugada muy similar a la del primer gol del partido.

Luego, Sergio Batista conectó un potente remate desde la periferia del área superior que, tras algunos desvíos fortuitos, se coló junto al palo derecho de un arquero tapado por muchos rivales y varios compañeros. La euforia en las tribunas y en el barrio era total: Argentinos estaba a minutos de conseguir su segunda vuelta olímpica consecutiva y no paraba de atacar, manteniendo su buen juego hasta el pitazo final del árbitro Bava.

A pesar de la ventaja, nada podía aliviar al “piojo” Yudica, quien, según su propio testimonio, estaba “desencajado” después del penal.

Argentinos se consagró campeón de un certamen tan complejo como extenso, en el que recorrió miles de kilómetros manteniendo alta la frente, imponiéndose desde su forma de jugar y superando varias instancias en las que siempre se distinguió por su solidez.

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